viernes, 11 de diciembre de 2015

Julio Verne, visionario fuera de su tiempo



"Fue Julio Verne quien me orientó hacia la astronáutica” – Yuri Gagarín, primer hombre en ascender al espacio

Francia, 1847, proveniente de Nantes, llegaba a París un joven de diecinueve años, dispuesto a estudiar derecho e impulsado únicamente por la voluntad de su padre, sin embargo, el verdadero deseo de este provinciano era dedicarse a la escritura, el nombre de aquel muchacho: Julio Verne.

Siguiendo su vocación, Verne no tardó en dejar de lado sus estudios, lo que provocó que su padre dejase de financiarlo, aquellos primeros años en la capital francesa, la situación de Verne era precaria, el hambre y la miseria era constantes y el poco dinero que conseguía lo invertía en comprar libros y en asistir a tertulias literarias, sediento de conocimiento, pasaba su tiempo en las bibliotecas de Paris aprendiendo de diferentes ciencias: química, botánica, geografía, física, astronomía, geología, oceanografía, matemática, mecánica y balística, además de ingresar al Círculo de Prensa Científica donde mantiene conversaciones con exploradores, periodistas y científicos, estas vivencias serían pieza clave para las novelas que escribiría más adelante.

Su verdadera pasión era influenciada por los relatos de su profesora de la infancia quien gustaba de contar a sus alumnos la historia de su esposo, un marino que había zarpado de Nantes, treinta años atrás y al que ella imaginaba viviendo peligrosas aventuras en lugares remotos que le impedían su regreso.

Así que a medida que Verne comienza a formarse, la Revolución Industrial se impone en Europa, una nueva época desarrollo que lleva al escritor a concebir la idea de unificar la ciencia y la literatura, y a pesar de finalizar su carrera de derecho, nunca llega a ejercerla, contrario a eso se encierra en su despacho a escribir obras, comedias teatrales y los bocetos de sus primeras novelas, insomnio, dolores de cabeza y una parálisis facial que deformó su rostro son las consecuencias del trabajo acumulado.

Para 1863 y apadrinado por el editor Pierre-Jules Hetzel, publica la primera de sus obras que haría parte de sus Viajes Extraordinario:Cinco Semanas en Globo, novela que capta la atención del público y que además logra sacarlo de la miseria a la que ya se había acostumbrado, es así como entre sus páginas, comienzan a esconderse datos científicos fusionados con elementos fantásticos, descripciones de inventos e innovaciones tecnológicas, Viaje al Centro de la tierra, su siguiente obra, sería prueba de este avance, donde contaría con el apoyo de vulcanólogos, geólogos y naturalistas.

Consagrado, en 1865, comienza a trabajar en el Journal des débats, periódico en el que semanalmente publica su nueva obra: Viaje a la Luna, esta entrega por partes incrementa la ansiedad y el interés de sus lectores por el progreso de la humanidad.

Tal como viajar al espacio, descender a las profundas y misteriosas profundidades del océano, era un viejo sueño de la humanidad, es así como Verne concibe Veinte mil leguas de viaje Submarino, y con este la anticipada idea del Nautilus, un submarino, invento que solo vería la luz hasta la década de los cincuenta.

Es así como la aventura se convierte en una temática recurrente en sus obras, los viajes como razón principal de las novelas, rodeados a su vez de contextos políticos, bélicos, científicos o personales,La Vuelta al mundo en ochenta días, La Isla Misteriosa y Un Capitán de quince años, invitan a sus lectores a soñar con lugares lejanos e imposibles

Julio Verne comienza a dibujar con antelación el mundo moderno, era conocedor de los avances que ya en aquella época se desarrollaban, era un ávido lector de publicaciones científicas, lo que le permitía estar al corriente de las teorías y primeros intentos de máquinas surgidas años más tarde, el submarino, el helicóptero, el dirigible, las naves espaciales e incluso una primitiva forma de Internet son algunos de sus aportes.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Tony Iommi, el verdadero hombre de hierro





Birgminham, es considerada la segunda ciudad más importante de Inglaterra, para el pueblo inglés, la ciudad representa la locomotora de la Revolución Industrial del Reino Unido, llegando a ser conocida como "La fábrica del mundo" o la "Ciudad de los mil negocios”, un centro de fabricación, metalurgia e ingeniería que sería el hogar de Anthony Frank "Tony" Iommi, guitarrista de la agrupación Black Sabbath.

Desde los diez años, Iommi aprendió judo, karate y boxeo, todo con el fin de protegerse de las bandas locales que se congregaban en su vecindario y que probablemente le harían matoneo si se encontraran con él, era tan bueno como boxeador que ya se imaginaba en un futuro como un luchador peleando cada noche en los diferentes clubes, evadiendo así el hecho de trabajar en una aburrida fábrica.

Además del boxeo, a Iommi le gustaba la música, inicialmente atraído por la batería, finalmente fue la guitarra la que lo sedujo, la cual aprendió a tocar como zurdo, dejando de lado su faceta de luchador y enfocándose más en la música, el joven Iommi se graduo y comenzó a trabajar como plomero para luego unirse a una fabríca de anillo, de hecho, antes había trabajado en una tieneda de música, pero renunció después de haber sido falsamente acusado de robo. 

La vida está llena de ironías, a la edad de diecisiete años, Tony había terminado trabajando en una fábrica metalúrgica, donde se encargaba de pasar planchas metálicas al encargado de la perfiladora de metales, un día, su compañero no asistió a la fábrica, e Iommi tuvo que hacer ambas labores a la vez, tenía ante él una enorme máquina, nunca había desempeñado esa labor, y en medio de un descuido, una de las máquinas rebanó la primera falange de los dedos corazón y anular de su mano derecha, adolorido y con sus manos cubiertas de sangre, el guitarrista recuperó los trozos de sus dedos y se dirigió al hospital donde no pudieron hacer nada, sus dedos simplemente estaban incompletos, lo más irónico es que ese sería su último día de trabajo en aquella fábrica metalúrgica.


Destruido, Iommi era consciente de que sus heridas no le permitirían seguir tocando música, estaba considerando seriamente abandonar la guitarra. Durante aquellos días, uno de sus compañeros de la fábrica le mostró una grabación de Django Reinhardt, un famoso guitarrista de Jazz. 

“Escucha a este sujeto” le decía su compañero, Iommi se negaba rotundamente, escuchar a alguien tocar guitarra era lo que menos quería en ese momento de frustración, su amigo insistió tanto que finalmente Tony accedió y juntos escucharon la grabación.

Iommi reconocía que el guitarrista era bastante bueno, su amigo lo miro y le dijo “Sabes, este sujeto toca únicamente con dos dedos en su diapasón, perdió el resto de su mano durante un incendio en un campamento gitano”

Sorprendido por tal revelación, la inspiración regresó a Iommi decidió no darse por vencido, inspirado por la superación de Reinhardt, decidió volver a tocar guitarra, probablemente la solución más práctica hubiera sido girar su guitarra y aprender a tocar como diestro, pero Iommi reconoció que ya tenía una forma de tocar, no tendría la paciencia para aprender a tocar de nuevo con su otra mano, simplemente era imposible. 


Ante tal negativa, Iommi era firme ante su decisión de tocar como zurdo y trabajar con lo que tenía, el proceso fue doloroso, decidió hacerse unas puntas de dedo con botellas de plástico derretidas, las prótesis protegerían sus dedos además de darle un poco más de longitud, sin embargo esto no sería tan sencillo, dos problemáticas surgieron a raíz de sus prótesis plásticas, la primera, el plástico no le dejaba sentir las cuerdas, las cuales presionaba con demasiada fuerza, la segunda le era muy difícil flexionar las cuerdas.

Esto, lo llevo a buscar unas cuerdas más ligeras, sin embargo en esa época, aquellas cuerdas no existían, la única solución fue usar cuerdas de banjo, las cuales siguió usando hasta 1970 cuando Cuerdas Picato decidió comenzar a crear cuerdas de calibre ligero, le preocupaban más las notas sencillas, incluso más que los solos, era difícil, incluso tenía que usar con mayor frecuencia su dedo meñique, con el paso del tiempo, comenzó a afinar sus cuerdas de guitarra a los tonos más bajos , a veces hasta tres semitonos por debajo de afinación de guitarra estándar, tan solo escuchar Children of the Grave puede dar evidencia de esto, un nuevo sonido había nacido, más grande, más pesado, más cercano al Heavy Metal.


“ Por supuesto que perder la punta de mis dedos fue devastador, pero en retrospectiva, esto resultó la creación de algo más, me hizo inventar un nuevo sonido y un estilo diferente de tocar, otra clase de música, realmente algo bueno nació de una algo malo " afirma el guitarrista de Black Sabbath. 


El resto es historia, para 1967, Iommi formó el grupo Earth, se reunió con Ozzy Osbourne, Geeze Buttler y Bill Ward, pasaron a la historia con el nombre de Black Sabbath, pasó de ser un hombre con una incapacidad a convertirse en el padre del Heavy Metal y en uno de los mejores guitarristas de la historia.




miércoles, 28 de octubre de 2015

La balada de John y Yoko

“Bueno, adivinen quien escribió eso, la escribí en París en nuestra luna de miel, es una pieza de periodismo, una canción folk, es por eso que la llamé la Balada de…"











El 20 de Marzo de 1969, vestidos de blanco y con zapatos deportivos, John Lennon y Yoko Ono celebraban su boda en el territorio británico de ultramar de Gibraltar, en principio, la idea de ambos había sido casarse en París, pero la burocracia exigía que la pareja hubiese vivido al menos dos semanas en la ciudad luz, así que en un viaje relámpago, en un jet privado arribaron a a la Isla de Gibraltar donde oficiaron una ceremonia privada que tuvo lugar en el consulado británico, y que duró únicamente una hora, para luego regresar a Francia. 


Luego de su estancia en Paris, John y Yoko viajan a Amsterdam, Países Bajos donde pasan su luna de miel en la suite presidencial del Hotel Hilton, allí, la pareja celebra una de sus encamadas por la paz, en contra de la guerra de Vietnam, durante una semana entre marzo 25 y 31, invitan a la prensa y permanecen sentados en su cama, hasta que siete días más tarde viajan a Viena, Austria donde celebran una conferencia de prensa.

El 14 de Abril de 1969, John Lennon llegó a la casa de Londres de Paul McCartney para trabajar en una canción que aún estaba por finalizar.

- Tengo esta canción acerca de nuestra boda y se llama The Ballad of John y Yoko o They're Gonna Crucify Me – 

- Estás bromeando ¿No es así? Alguien realmente va a molestarse sobre esto – Le respondió McCartney 

- Sí, pero vamos a hacerlo, dijo Lennon decidido.

McCartney estaba algo preocupado, debido a la letra de la canción, después de las declaraciones de Lennon en 1966 en las que aseguró que “The Beatles eran más populares que Jesús, y que ahora no sabía que iba primero, si el Rock 'n' roll o el Cristianismo” la carrera de la banda se había visto afectada en varios países, especialmente en el sureste de Asia y en Suramérica, ahora, en la nueva propuesta de Lennon, el coro de The Ballad Of John And Yoko tenía el siguiente verso: "Christ, you know it ain't easy, you know how hard it can be. The way things are going, they're gonna crucify me." Incluir las palabras Jesucristo y crucifixión en la misma canción podría abrir viejas heridas que habían tratado de mantener apaciguadas, la letra y el contexto de esta nueva canción no serían muy bien recibidas, pero por otro lado, John había pasado por cosas terribles durante los últimos meses, así que terminó accediendo a colaborar en la canción de su amigo, después de completarla y arreglarla en la casa de McCartney, el dúo se dirigió inmediatamente a los estudios de Abbey Road dispuestos a hacer la grabación.


Vamos al estudio, solo tú y yo – 

Está bien, yo tocaré el bajo y la batería – 

“John tocaría la guitarra, así que lo hicimos y esperamos para ver si los demás chicos nos odiarían por eso, de eso no estoy seguro, probablemente nunca nos perdonaron, John estaba tan impaciente que simplemente decidimos ir al estudio y grabarla” recuerda Paul McCartney.




¿Dónde estaban George Harrison y Ringo Starr? La razón por la cual, Lennon y Mccartney decidieron grabar la canción juntos era simple, George Harrison se encontraba de vacaciones mientras que Ringo rodaba la película The Magic Christian, impaciente, Lennon no podía esperar a los demás, excluidos Ringo y George se molestarían al enterarse de que no participaron en la canción, de todas formas en otras ocasiones ya habían grabado sin que algún beatle estuviera presente, Dear Prudence y Back in The U.S.S.R fueron hechas sin Ringo y Why Why don't we do it in the road fue hecha solo por Ringo y Paul, a pesar de eso, en las grabaciones del estudio se pueden escuchar conversaciones entre los dos músicos presentes al momento de grabar.


“Un poco más rápido, Ringo” dice Lennon en su guitarra, "OK, George" le responde McCartney sentado frente a la batería. 


A pesar de que dos miembros de la banda se encontraban ausentes, The Ballad of John And Yoko, fue una vez más, producida por George Martin, de igual forma Geoff Emerick, el ingeniero de sonido regresó a trabajar con la banda, Emerick no había vuelto a trabajar con The Beatles desde las sesiones del White Album, George Martin recuerda aquel día: “Disfruté trabajar con John y Yoko en The Ballad Of John And Yoko. Solo eran ellos dos y Paul, cuando piensas acerca de ello, en cierta forma este era el inicio de su propio camino, y de su propia forma de grabar, difícilmente era una canción Beatle, en cierta forma era el fin de una era, mentalmente John ya había dejado el grupo de todas formas y creo que ese fue el principio de todo eso”.

Grabaron once tomas de la pista con el ritmo básico, simultáneamente se agregó la batería, la guitarra acústica y las voces, la toma diez fue la que quedó mejor, fue cuando McCartney agregó el bajo, el piano, los coros y las maracas, mientras que Lennon sobreponía las dos guitaras líder y los sonidos de percusión hechos al golpear la parte trasera de una guitarra acústica.

La canción fue grabada en el estudio 3 de Abbey Road, comenzaron a las 2:30 de la tarde y terminaron a las 9:00 de la noche, luego la cinta fue mezclada para stereo y finalizada lista para salir a las 11:00 de la noche, esta era una delas ventajas de trabajar en EMI, The Beatles eran capaces de trabajar a su propio ritmo, podían reservar los estudios durante semanas, dándose el lujo de experimentar, trabajar sin prisa y grabar en cortos lapsos de tiempo si querían. 


Para Lennon tanto el día de su boda como la canción, representaban un hermoso soñar despierto una fusión de Johnny B Good con Paperback Writer, pero tal como había augurado Paul McCartney, la canción fue censurada por numerosas estaciones del Reino Unido y los Estados Unidos por pronunciar la palabra “Cristo”.

Esta canción es quizá una de las pruebas de la infeliz situación por la que pasaba la banda en aquel momento, John Lennon estaba insatisfecho, durante los últimos años eran las canciones de McCartney las que aparecían en la cara A del sencillo, mientras que sus composiciones aparecían en la cara B, además, las sesiones de Let It Be habían sido realmente tristes, la unidad de The Beatles se estaba perdiendo, pero The Ballad Of John And Yoko significó que Lennon y McCartney trabajaran juntos de nuevo, con aquella vieja complicidad, mostrando un renovado entusiasmo, esta sesión fue un reflejo del positivismo que rodeaba las grabaciones de lo que sería su último álbum: Abbey Road.


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lunes, 8 de junio de 2015

Venas de blues, B.B King


"¿El mejor método para viajar? La música." – B.B King



Poco a poco una corte musical comienza a apoderarse del firmamento, el primero en marcharse fue el rey del rock n roll Elvis Presley en 1977, le seguirían James Brown el rey del funk en 2006, Michael Jackson, el rey del pop en 2009 y a esta larga lista de monarcas, se une hoy el rey del blues, el legendario B.B King.

B. B. nació el 16 de septiembre de 1925, en Mississippi, estado conocido por su larga historia de injusticias sociales, una larga trayectoria de trabajo esclavo en los campos de algodón y además ser la cuna de grandes figuras del blues, Riley B King nació precisamente en una pequeña cabaña de una plantación de algodón en Itta Bena, a pesar de eso, siempre considero su lugar de origen Indianola, tras el divorcio de sus padres, Albert King y Nora Ella Farr, y la difícil situación económica de su madre, quien murió cuando él tenía nueve años, B.B pasó a compartir mucho tiempo junto a su abuela materna Elnora Farr en el pueblo aledaño de Kilmichael.

El pequeño King creció cantando en un coro de góspel en una iglesia baptista, a los doce años compraba su primera guitarra por quince dólares, otros dicen que fue un regalo de su primo y también leyenda del blues, Bukka White, lo único seguro es que desde el principio, King fue poseedor de un talento natural y gran disciplina a la hora de tocar su instrumento, su estilo en la guitarra fue influenciado por dos músicos, T-Bone Walker y Charlie Christian, y su forma de cantar por Joe Turner.

En 1943 con dieciocho años, abandona el pueblo de Kilmichael para trabajar como conductor de tractores, sin dejar de lado sus labores de guitarrista, tocando en iglesias del sector y en la estación de radio WGR y tres años más tarde, King decide seguir los pasos de Bukka White y parte a Memphis, Tennessee, pasó diez meses en aquel lugar, para regresar a Mississippi, donde se preparó mejor para volve a Memphis, allí tocó en el programa de radio KWEM conducido por el también músico Sonny Boy Williamson II, a raíz de ese programa, un sector de los radioescuchas comenzó a interesarse en la música de Riley.



Tras ser contratado en WDIA para que cantase clásicos del jazz, grabara jingles y ejerciera como disc jockey, comenzó a adquirir cierta reputación, a la vez, asistía semanalmente a las audiciones del Teatro Palace en la calle del blues de Memphis, hogar por cierto del rey del Rock N Roll, Elvis Presley a quién conocería en una de aquellas ocasiones. Las audiciones en el Teatro Palace daban al ganador un premio de cinco dólares, a pesar de que nunca ganó, si obtuvo popularidad además de su apodo: Blues Boy, el cual luego abrevió a B.B, tal como todos lo conocemos hoy. 


Pero quizá el evento que cambiaría su vida, sería durante el invierno de 1949, mientras tocaba en un salón de baile en Arkansas, hacía tanto frío que para calentar el salón, fue encendido un barril medio lleno con queroseno, mientras B.B armonizaba el ambiente, dos hombres comenzaron a discutir, de pronto los dos hombres comenzaron a golpear, hasta que el barril de queroseno se volcó, el combustible cayó al suelo y la estancia comenzó a arder, la gente comenzó a evacuar el lugar, al salir, B.B se dio cuenta que había dejado su guitarra dentro del edificio en llamas, armado de valor, ingresó nuevamente, abriéndose paso entre el sofocante humo, rescato su guitarra, una Gibson acústica y salió del lugar. Dos personas murieron en aquel incendio, al día siguiente el músico se enteró que los dos hombres que habían originado el incendio, peleaban por una mujer llamada Lucille, en honor a aquel suceso, King bautizó a su guitarra con aquel nombre.

Con el paso de la década de los años cincuenta, B.B se convirtió en uno de los nombres más importantes del R&B y del Blues, lo curioso es que a pesar de estar enfocado en estos, King estaba rodeado de arreglistas de músicos de jazz para sus grabaciones en directo, derribando en cierta forma las fronteras que existían entre géneros y alejándose de la tradición que seguían otros contemporáneos suyos como Muddy Waters y Howlin Wolf, King era difícil de encasillar, muy a pesar de eso, King labraba su camino para convertirse en el rey del Blues. 

Es durante esta década que cosecha muchos de sus grandes clásicos, 3 O'Clock Blues, You Know I Love You de 1951 y 1952, entre otros como Woke Up This Morning, Ten Long Years, Every Day I Have The Blues y una de sus joyas: Sweet Little Angel, de 1956, son características de esta etapa, con la fama, vienen las giras, y en este campo, B.B King es uno de los músicos que más se destaca, durante toda su vida sumó más de 10.000 conciertos, con lo que logró de paso ganar mucho afecto y simpatía de su público. 


Con la década de los sesenta, sus giras no solo llegaron a los Estados Unidos, sino que también logró proyectarse a Europa, en 1960 llega a la cima con Sweet Sixteenm e1968 lanza su canción Lucille y en 1969, The Thrill is Gone quizás sus canción más conocidas, además en esa década que empieza a interactuar con los nacientes músicos del rock, aparece en la apertura del Tour por América de 1969 de los Rolling Stones y sus encuentros con en el Club Generation de Nueva York con Jimi Hendrix. 


Aquí es donde se puede comprender la grandeza de B.B King, un amante de la música de Frank Sinatra, un contemporáneo de otros grandes de su época como Muddy Waters, John Lee Hooker o Buddy Guy juntos a los que tocó en varias ocasiones, un maestro para otros como The Beatles, los Stones, Stevie Ray Vaughnan, U2 y su gran amigo y aprendiz, Eric Clapton, una persona que creía que la música era la única forma de otorgar conocimiento.

King consideraba que los blues debían trascender, tenían una historia de fondo, que debía ser contada, no gustaba de tocar y cantar al tiempo, prefería mantener un diálogo entre él y Lucille, la cual vibraba, expresando más que palabras, una tristeza propia del blues fusionada con el carisma y la calidad de su voz, a la que su guitarra respondía en cierta forma, "Intento conectar mi voz a mi guitarra al cantar”, afirmó el músico en una entrevista. “Como si los dos se hablaran el uno al otro", agregó.

B.B era diferente, el blues fluía por sus arterias, lo transpiraba, lo respiraba, para él, el blues no era un simple concepto, lo sentía, lo vivía, quizá él no era consciente de eso, porque para él, fue un estilo de vida.