sábado, 2 de enero de 2016

Lemmy Kilmister, el mejor as de picas jamás jugado



"Si mi vida fuese una película debería terminar con rayos y truenos, mientras yo desaparezco en la cima de una montaña, dejando atrás una placa que dice: 'Os he engañado. De nuevo'".


Uno de los últimos estandartes del rock clásico, porque algo que siempre afirmó Lemmy era que su música no era metal, género al que muchos lo asociaban, no, lo suyo era rock n roll puro, con más aceleraciones, revoluciones y distorsión en sus instrumentos, pero con la esencia de aquellas bandas de antaño.

Si tuvieramos que asociar a las estrellas del rock con figurs públicas, probablemente Elvis sería un profeta y Jimi Hendrix o Eric Clapton un par de Jesucristos, mientras que Ian Fraser, el querido Lemmy sería Moises, portador de las tablas de los mandamientos, talladas bajo una rigurosa y fervorosa religión hacia el rock: máquinas tragamonedas, strippers, tabaco y Jack Daniel's.

Lemmy era el filósofo del rock n roll  alguien debería hacer un recopilatorio de todas sus frases a lo largo de su vida, sería una guía de supervivencia exitosa, el libro de mandamientos del rockero.

Era un auténtico hijo de puta. 
"Con todas las drogas que he tomado, es demasiado tarde para buscar a Dios".

"Las guerras son momentos interesantes. Sacan lo peor y lo mejor de la gente".

"El verano de 1973 fue fantástico. No me acuerdo de nada, pero nunca lo olvidaré".

"No soy rockero todo el día: paro para dormir".




Un viejo dinosaurio que sobrevivió al asteroide del siglo XXI, un viejo lobo de mar que vivía bajo las antiguas reglas del rock, aquel rock sucio y agreste lleno de excesos y destructivo por naturaleza, a ese grupo pertenecia Lemmy, al mismo al que alguna vez perteneció Bon Scott de AC/ DC y Sid Vicious de los Sex Pistols. 


Ian nació por allá en 1945 en Stoke-on-Trent, Inglaterra, se crió en Gales y pronto comprendió que su vida la dedicaría a hacer rock,  se vio atraído por el juego, las chicas, el rock y una especial fascinación por los caballos, a menudo, solía pedir dinero prestado para gastarlo en los casinos, a raíz de uno de esos prestamos que solía pedir con la frase Préstame una libra hasta el viernes  "lemmy [lend me] a quid 'til Friday", surgió Lemmy, el nombre con el que pasó a la historia. 

Abandonó su hogar a temprana edad y viajar a Londres y unirse a bandas de soul y rhythm & blues, pronto se vio envuelto en aquel ambiente psicodélico de la década de los 60s, acudía a conciertos de The Beatles en La Caverna, aprendió las canciones del Please Please Me en la guitarra y con el tiempo pasó a ser el telonero de Pink Floyd y Jimi Hendrix con sus primeras bandas, The Rocking Vicars y Sam Gopal.

"Hice de dealer para Jimi Hendrix. El tipo era justo. Si le llevaba 10 'tripis', me daba tres. El resto se los comía al instante".

La llegada de Lemmy a  la banda Hawkwind representó el inicio del éxito del bajista, quien aportó a la banda los mejores momentos de los que pudieron haber disfrutado, la banda era una curiosa amalgama de la pacífica actitud hippie y la dureza del heavy metal.

Sin embargo, en 1975, fue despedido de Hawkind, Lemmy enfurecido, robó los instrumentos de sus compañeros y se acostó con la mujer de su compañero Alan Powell, oh, vaya que Lemmy sabía como desquitarse, a continuación pasó cinco días en prisión por posesión de drogas 

"Cuando me echaron de Hawkwind, me volví a casa y me follé a tres de sus novias. El Señor dice que la venganza es dulce".

Fue ese momento en que decidido fundó Motorhead, un power trio fundado en la poderosa velocidad que aportaban la guitarra, el bajo y la bateria, eso además de la , para Lemmy el concepto del grupo estaba muy claro, tenía que ser "la banda más sucia de rock and roll del mundo", y que si "Motörhead se mudaba a la casa de al lado, se secaría el césped de tu jardín".

Al principio, la banda se llamaría Bastard, pero tras ceder ante la presión de su manager quien le aseguró que tal nombre complicaría su acceso a la radio y la televisión Lemmy optó por "Motörhead", una palabra que proviene la jerga para denominar a un consumidor de anfetaminas.
Ese era Lemmy,  aquel que alguna vez acudió a realizarse una transfusión de sangre y le fue informado que su sangre había dejado de ser humana hace mucho, esta era tan tóxica que mataría a una persona normal de llegar a convertirse en donante. 

Lemmy era el buen amigo del vecindario, hacía covers juntos a Ramones para luego ir a tocar bajo junto a Sid Vicious y verlo al día siguiente riendo con Dave Grohl y al rato aparecer con Iggy Pop mientras en la noche podría estar compartiendo un trago con Ozzy Osbourne y Slash.

Durante las cambiantes alineaciones de Motorhead, desde 1977 hasta la fecha, siempre se le vio armado con su bajo, oculto tras su gafas de espejo y aquel enorme y autoritario sombrero, expuso al mundo 'The Ace of Spades" y desde ese momento su voz de trueno, sumergida en las mieles del tabaco y el licor acompañó la balada del rock n roll. 


"Cuando somos pequeños, todos tenemos un sueño. El mío se hizo realidad. ¿Por qué dejarlo?".












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